En el siglo XXI, la revolución tecnológica ha dejado una huella indeleble en el comercio exterior. Las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT) y la cadena de bloques han transformado radicalmente la forma en que se llevan a cabo las transacciones internacionales. La eficiencia operativa, la trazabilidad y la seguridad de las transacciones han mejorado sustancialmente gracias a estas innovaciones.
La inteligencia artificial facilita la toma de decisiones basada en datos, optimizando rutas de envío, pronosticando demandas y mejorando la gestión de inventarios. El IoT permite el monitoreo en tiempo real de la cadena de suministro, mientras que la cadena de bloques asegura la integridad y transparencia de las transacciones. Estas tecnologías no solo agilizan los procesos comerciales, sino que también abren nuevas posibilidades para la colaboración global y la creación de cadenas de suministro más resilientes.